"El Gobierno tomó la decisión de reiniciar el curso en dos etapas, una para los niños que residen en zonas no afectadas por el terremoto, el 20 de septiembre, y el 4 de octubre para la península sur", confirmó el primer ministro, Ariel Henry, en conferencia de prensa desde su residencia oficial.
El neurocirujano se comprometió a "trabajar duro" para que los niños, en especial en los departamentos del sur, Grand Anse y Nippes,, puedan reincorporarse a las clases, luego del temblor que provocó más de 2.200 muertos desde el 14 de agosto.
Henry también reconoció que el periodo de inicio de curso es difícil para las familias, en medio de la crisis política y económica actual, "pero es importante que todos los niños vayan a la escuela".
Más de 260 centros educativos se derrumbaron total o de manera parcial, mientras otros presentan grietas que comprometen las estructuras y la seguridad de los infantes.
En un comunicado, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia advirtió sobre la "preocupante" situación de las escuelas en las zonas afectadas, donde más de un tercio de las instituciones se destruyó.
A pesar de la crisis generada por el temblor, la Coordinación de Asuntos Humanitarios de la Organización de las Naciones Unidas estimó que es importante para los niños que experimentaron el sismo y luego la tormenta tropical Grace sentir la normalidad y estabilidad de estar en un salón de clases con sus amigos y maestros.
Esto toma crucial significación en Haití que vivió en los últimos tres años una serie de crisis políticas, manifestaciones antigubernamentales, inseguridad, y pandemia de COVID-19, que dificultaron a los estudiantes acceder a las aulas.