El desayuno debe tener más calorías que el almuerzo y la cena, opina la dietista rusa Margarita Koroliova en una entrevista a Narodnie Novosti.
"Es necesario desayunar una hora después de despertar, pues postergar el desayuno es un estrés para el organismo. También reduce la velocidad del metabolismo, por lo que el organismo no puede entender cómo debería distribuir la energía durante el resto del día", cree Koroliova.
Los carbohidratos complejos (presentes en los cereales, las legumbres, las patatas y el pan y la pasta integral), combinados con los carbohidratos simples, las grasas y las proteínas son una parte esencial de un desayuno saludable y energético. Nos ayudan a gastar energía de una manera más equilibrada.
"Si comes una tostada de pan blanco con mermelada, un desayuno así no tendrá un efecto duradero, así que tendrás hambre una hora después de comer, por lo que es necesario consumir carbohidratos complejos", agrega Koroliova.
En cuanto a la porción, no debería superar los 330 mililitros. De esta manera, proveerá al organismo de todos los nutrientes necesarios sin lastimar el estómago.
"Por ejemplo, avena cocida con agua o leche vegetal. Y si un niño tiene buena tolerancia a los lácteos, se le puede dar yogur o requesón con bayas, verduras o miel, un buen edulcorante natural", señala la experta.
Y si tus hijos son fans de la comida rápida, puedes cocinarles una hamburguesa saludable con pan integral y verduras a la plancha en lugar de carne.
Pero, ¿qué alimentos deberías incluir en las meriendas de tus pequeños? Un par de piezas de fruta, verduras cortadas o pollo al horno, propone.