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"Es un milagro": un experto evalúa el aterrizaje forzoso del L-410 en Siberia

Un avión bimotor L-410 de la aerolínea Sila que volaba desde la ciudad rusa de Irkutsk al pueblo de Kazachinskoye, hizo un aterrizaje forzoso en la taiga en condiciones de visibilidad casi nula el 12 de septiembre. Cuatro de las 16 personas que iban a bordo murieron y otras 5 resultaron heridas.
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La aeronave aterrizó 4 kilómetros al suroeste de su destino. Entre los fallecidos se encuentran un piloto y tres pasajeros. Otras 12 personas fueron trasladadas al hospital, tres de ellas se encuentran en estado grave.
Viktor Gorbachev, director general de la Asociación de Aeropuertos de Rusia, dijo a Sputnik que el hecho de que no hayan fallecido todos los pasajeros es "un milagro".
"Es difícil decir ahora que se trata de un error de pilotaje, pero no se excluye. El hecho de que muchos sobrevivieron sugiere que se hizo todo lo necesario para aterrizar el avión. El hecho de que descendieran en la taiga, y, al mismo tiempo, que varias personas hayan sobrevivido es solo un milagro", explicó Gorbachev.
Empleados de la oficina central del Comité de Investigación de Rusia investigarán las circunstancias del incidente. Entre las posibles causas estarían un fallo del equipo o un error de la tripulación al realizar maniobras durante el aterrizaje.
El piloto Nikolai Makhnutin, que sobrevivió al incidente, explicó que la causa de la emergencia fue un fallo en el sistema de navegación.
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