Los restos humanos pertenecientes a ocho individuos distintos, entre adultos y niños, estaban envueltos en telas vegetales de color marrón y sepultados en lo que se cree era un cementerio prehispánico.
Al lado de los cuerpos se encontraron también algunas ofrendas, entre ellas instrumentos musicales, alimentos y artesanías.
Los arqueólogos involucrados en la investigación creen que los restos humanos pertenecen a los miembros de una comunidad que se formó en el Valle de Chilca hace aproximadamente un milenio. Se trataba de un pequeño poblado prehispánico, que estaba aislado de las otras culturas existentes en la región en aquel momento.
No es la primera vez que se realiza un hallazgo arqueológico durante la instalación de tuberías en Perú. De hecho, en los últimos seis años, se han recuperado e investigado en el país alrededor de 1.000 hallazgos arqueológicos de diferentes tamaños, encontrados en el marco de obras similares.