Así se desprende el último barómetro mensual del Centro de Estudios Sociológicos (CIS) de España, que preguntó a 3.660 personas sobre el cese de la violencia anunciado por el grupo el 20 de octubre de 2011.
Un 59,1% de los encuestados consideran que fue un evento "muy positivo", mientras que otro 33,1% lo valoró como "positivo"; en total el 92,2%.
Solo un 3,7% de las personas a las que se planteó la cuestión lo vieron como algo "negativo" o "muy negativo".
En el País Vasco, región de origen de esta organización, hasta un 86,4% se mostró de acuerdo con el abandono de la lucha armada por parte del grupo terrorista de ideología nacionalista.
Casi el 78% cree que el cambio contribuyó positivamente a la economía vasca, frente a un 4,6% que no lo ve así.
Desde sus inicios en 1968, se estima que ETA provocó más de 850 víctimas mortales en sus atentados, muchas de las cuales fueron agentes policiales y la mayoría en el País Vasco.
Algunos de los actos más sangrientos fueron el del centro comercial Hipercor de Barcelona en 1987, con 21 personas asesinadas, o el de la casa cuartel de la Guardia Civil de Zaragoza, con cinco menores entre las 11 víctimas.
Pese al anuncio del cese de la actividad armada en 2011, la banda no se disolvió definitivamente hasta el 3 de mayo de 2018, sin haber logrado sus objetivos políticos y con varios integrantes que siguen prófugos de la justicia.