Según el ministro, las autoridades alemanas estudian varias opciones para poner fin a la crisis migratoria en la frontera entre la UE y Bielorrusia, incluidas sanciones contra las autoridades bielorrusas y negociaciones con los países de origen de los migrantes.
"Logramos resultados excelentes en las consultas con (...) Irak, sus aerolíneas no llevarán a estas personas a Bielorrusia al menos hasta finales de este año", dijo Seehofer ante la prensa.
Polonia, Letonia y Lituania —puerta de entrada nororiental a la Unión Europea para migrantes que huyen de conflictos armados y penurias económicas— han denunciado en los últimos meses un aumento de presión sobre sus fronteras externas, con miles de cruces ilegales registrados en lo que va de año.
Bruselas acusa al presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, de utilizar a los migrantes irregulares como arma para un ataque híbrido que busca desestabilizar la UE.
A su vez, el líder bielorruso, hostigado por las sanciones de Occidente tras su polémica reelección en agosto de 2020 y la represión de las protestas que siguieron al supuesto fraude en las urnas, advirtió que Minsk no tiene "ni dinero ni fuerza" para contener el flujo migratorio.
Al mismo tiempo, en una entrevista con el canal televisivo estadounidense CNN, Lukashenko negó las suposiciones de que el país esté utilizando la crisis migratoria en la frontera del bloque comunitario para vengarse de Bruselas por la política de sanciones, así como por albergar a los opositores bielorrusos.