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La increíble historia de amor de una princesa japonesa que se casó con un plebeyo

La sobrina del emperador Naruhito, Mako de Akishino ya no es miembro de la familia imperial. Renunció a todos los lujos, comodidades y títulos reales para poder casarse con un plebeyo, el abogado Kei Komuro, pero su decisión trajo consecuencias.
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Los conservadores japoneses expresaron indignación ante la decisión de la joven Mako de Akishino y el día de su boda realizaron una pequeña protesta en Tokio. En esta galería te mostramos cómo la pareja unió sus vidas en matrimonio y lo que ocurrió en la capital japonesa en esos momentos.
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La princesa Mako, hija mayor del príncipe heredero Akishino de Japón y sobrina del emperador Naruhito, se casó el 26 de octubre con su compañero de clase Kei Komuro. Mako, que acababa de cumplir 30 años, perdió su título y ya no será miembro de la familia imperial.

En la foto: la exprincesa Mako en un automóvil el día de su boda.

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La exprincesa y su esposo Kei Komuro, con el que estudió en la Universidad Cristiana Internacional de Tokio, pidieron disculpas a sus conciudadanos por la inquietud que habían provocado sobre su matrimonio y les agradecieron su apoyo. Su primera aparición pública juntos en tres años fue en una conferencia de prensa llevada a cabo después de su boda en un hotel de Tokio.

En la foto: la exprincesa Mako y Kei Komuro durante la rueda de prensa.

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La ceremonia se celebróen el municipio de Shibuya y contó con la presencia de un funcionario del Comitéde la Casa Imperial.

En la foto: una protesta en Tokio por la boda de la princesa Mako.

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Antes de casarse, Mako visitó a sus abuelos, el exemperador Akihito y la exemperatriz Michiko, para informarles de su inminente matrimonio.

En la foto: el saludo de la exprincesa Mako y su esposo Kei Komuro durante una rueda de prensa celebrada después de su boda.

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Antes de contraer nupcias, la princesa vivía en la residencia del príncipe heredero con sus padres y su hermana. Al casarse, abandonó la familia imperial y perdió el subsidio que recibía, ahora se llama Mako Komuro y no tiene privilegios. Tampoco recibirála tradicional dote de unos 1,35 millones de dólares.

En la foto: una residente de Tokio mira la transmisión de la conferencia de prensa de Mako y Kei Komuro en la pantalla de su teléfono móvil.

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El esposo de Mako, Kei Komuro, se formó como abogado y consiguió un trabajo en un bufete estadounidense, por lo que los recién casados planean trasladarse a Estados Unidos después de su boda.

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La decisión de la exprincesa Mako provocóla indignación de los japoneses conservadores. El día de la boda organizaron una pequeña protesta en Tokio, donde los participantes instaron a la princesa a entrar en razón y rechazar un matrimonio desigual. El hecho es que la salida de Mako de la familia imperial ha agravado aún más el problema de la extinción de la dinastía gobernante. Según la ley japonesa, una mujer no puede heredar el trono por símisma, sino que debe transmitirlo a un hombre, para lo cual debe casarse con un aristócrata.

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Mako y Kei Komuro se convirtieron en pareja en 2012. En un principio, la boda iba a celebrarse en noviembre de 2018, pero se pospuso por dificultades económicas del novio. La entonces princesa Mako había desarrollado un grave trastorno de estrés debido a las actitudes negativas hacia sudecisiónpor parte de su familia y de algunos ciudadanos. Quienes la apoyan confían en que, tras la boda, empiece su vida con un borrón y cuenta nueva.

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