"La procesión del ministro del Interior, Liszt Quitel, fue objeto de fuertes disparos de armas automáticas al salir de la terminal de Varreux", confirmó la plataforma Gazette Haïti, y reveló que también el titular de Justicia resultó ileso.
Quitel visitó la terminal petrolera como parte del corredor de seguridad establecido por el Gobierno para asegurar la transportación de los camiones distribuidores, pero los conductores no se presentaron al sitio.
Este es el segundo alto cargo atacado por las pandillas, luego que la delegación que acompañó al primer ministro, Ariel Henry, a depositar una ofrenda floral al padre de la independencia Jean Jacques Dessalines, fuera baleada presuntamente por miembros de la federación G-9 y aliados.
Esta alianza reivindicó la crisis actual del combustible y condicionó su resolución a la renuncia de Henry, quien asumió el cargo dos semanas después del asesinato del presidente Jovenel Moïse.
"Ariel Henry dimite a las 08:00 y a las 08:05 se desbloquearán las áreas para que los camiones se llenen de combustible", dijo el martes 26 desafiante Jimmy Cherizier, conocido como Barbacue, durante una conferencia de prensa desde su bastión en Cité Soleil, uno de los barrios más pobres del país.
El bloqueo en la distribución pone en aprietos a la mayoría de los sectores del país y amenaza con el cierre de unos 50 hospitales, de ellos 15 en la capital.
Empresas como la potabilizadora de agua, centros de producción de oxígeno para la salud, telefónicas y otras compañías también advirtieron que se encuentran al borde del colapso.