En las redes sociales se hizo viral un vídeo publicado por Jimi Partington, un buceador que se especializa en interactuar con los tiburones. En él Jimi se atreve a meter la mano en el agua delante de las narices de un gran tiburón blanco y tuvo que apresurarse a sacarla del agua cuando el escualo mostró sus dientes.
Pero este animal en realidad no es tan agresivo como parece, sino que responde a estímulos en su nariz, que tiene una gran concentración de nervios, en concreto, las ampollas de Lorenzini, órganos sensoriales especiales formados por una red de canales con electrorreceptores. ¡Por favor, no intentes repetirlo, sobre todo si no eres un profesional bien entrenado!