"Durante el ejercicio, se hicieron llamadas y se enviaron mensajes de texto a las tropas de reserva, a algunas de las cuales se les pidió que reportaran a sus unidades, de acuerdo con las órdenes que recibieron", comunicó el Ejército israelí.
El ejercicio estaba destinado a probar cómo de bien y de rápido responden las unidades reservistas ante un conflicto repentino, y además tiene como objetivo mejorar la preparación de las fuerzas armadas para una guerra contra el grupo chiita libanés Hizbulá.
Los simulacros, conocidos colectivamente como Piedra Tallada, "simularán un combate de múltiples frentes, intensivo y prolongado, con la participación de tropas reclutas y reservistas, desde todos los cuarteles generales del Comando Norte, en colaboración con las direcciones de Estado Mayor, las Fuerzas Terrestres, la Fuerza Aérea y la Armada", detallaba.