Todo comenzó cuando los medios libaneses publicaron partes de una entrevista del ministro de Información libanés, George Kurdahi, con la cadena de televisión Al Jazeera, en la que calificó de agresión las acciones de la coalición árabe liderada por Arabia Saudí en Yemen y afirmó que los rebeldes hutíes del movimiento Ansar Alá se veían obligados a defenderse.
Tras estas publicaciones, la cadena de televisión libanesa MTV comunicó que todos los países del Consejo de Cooperación de los Estados Árabes del Golfo Pérsico (CCEAGP) –los Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí, Baréin, Kuwait, Omán y Catar– están dispuestos a romper en breve las relaciones diplomáticas con el Líbano.
El ministro de Información libanés aclaró que las partes de esa entrevista donde vierte su postura eran de agosto pasado, antes de su nombramiento como ministro de Información.
El 30 de octubre, los Emiratos Árabes Unidos llamaron a consultas a su embajador en el Líbano. Un día antes, el primer ministro del Líbano, Najib Mikati, había pedido a Kurdahi que renuncie ante la crisis diplomática con Arabia Saudí.
A su vez, el canciller libanés, Abdallah Bou Habib, declaró que Beirut espera resolver el conflicto diplomático con los países del golfo Pérsico.