Brook Jackson, empleada en Ventavia Research Group, una de las compañías de investigación clínica contratada por Pfizer para los ensayos clínicos de su vacuna, denunció a la revista BMJ "irregularidades" y la realización de "malas prácticas" durante las pruebas del fármaco.
La EMA señaló que está al tanto de los informes correspondientes y "toma muy en serio" todas las acusaciones.
"Pese de la gravedad de estas, las acusaciones no ponen en duda las conclusiones sobre la seguridad, la eficacia y la calidad de la vacuna", dijo el organismo.
Desde la agencia aseguraron que están trabajando en estrecha colaboración con la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos) de EEUU y socios internacionales para investigar los problemas surgidos y tomarán medidas reglamentarias si es necesario.
La FDA también aseguró el 3 de noviembre que tiene plena confianza en los datos de la vacuna Pfizer contra el COVID-19 pese a los informes sobre malas prácticas.
Según la denuncia de Jackson, el Grupo de Investigación de Ventavia falsificó datos, no cegó a los pacientes, empleó vacunadores con capacitación inadecuada y tardó en dar seguimiento a los eventos adversos informados en el ensayo fundamental de fase 3 de Pfizer.