Mientras la crisis migratoria en la frontera continúa, Andrzej Duda ha mostrado su apoyo "pase lo que pase" a los guardias aduaneros que no dejan entrar al país a los cientos de migrantes que se han concentrado a lo largo de la frontera. Varsovia acusa a Minsk de colaborar en introducir a miles de desplazados en la Unión Europea.
El presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, por su parte, culpó a los guardafronteras polacos de uso exesivo de la fuerza y de disparar "sobre las cabezas" de los migrantes que aún se encuentran en territorio bielorruso, lo que tachó de una violación de las normas fronterizas. Además, afirma que no tiene nada que ver con la intención de los desplazados de entrar en la UE y asegura que todos han ingresado al país de manera legal.
Mientras tanto, las autoridades de Minsk han brindado ayuda humanitaria a los migrantes que se concentran en los campamentos improvisados. Entre ella toneladas de, incluidos alimentos para niños y agua potable, así como mantas y ropa de invierno.