Su participación en el servicio dominical fue cancelada el jueves 11 de noviembre por motivos de salud, por lo que envió su mensaje a través de su hijo menor, Eduardo, conde de Wessex. Los médicos le advirtieron a Isabel II, de 95 años, que guardara reposo, luego de que fuese internada en octubre en el Hospital Rey Eduardo VII, en Marylebone.
Esta es la primera vez que la monarca, gobernante suprema de la Iglesia de Inglaterra, desatiende su visita de cada cinco años al Sínodo de la institución religiosa, fundada en el siglo XVI por Enrique VIII.
El conde de Wessex, en representación de la reina, agradeció a la Iglesia por ser un faro de esperanza durante la pandemia de coronavirus.
"Ninguno de nosotros puede retrasar el paso del tiempo, y aunque a menudo nos enfocamos en todo lo que ha cambiado en los últimos años, muchas cosas permanecen sin cambios, incluido el Evangelio de Cristo y sus enseñanzas", afirmó el integrante de la Corona inglesa.
La salud de Isabel II es últimamente motivo de preocupación en el Reino Unido: el 20 de octubre, la reina pasó una noche en un hospital de Londres para someterse a "pruebas preliminares". En aquel entonces, los médicos aconsejaron que guardara reposo por al menos dos semanas. Por recomendación médica, la reina canceló un viaje a Irlanda del Norte y su participación en la Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático (COP26), celebrada en Glasgow.
Isabel II es la monarca británica más longeva y que más tiempo ha gobernado. En abril, su esposo, el príncipe Felipe de Edimburgo, murió a los 99 años.