No es la primera vez que hallazgos de este tipo aparecen en el país: si bien constituye el primer encuentro en la costa de la provincia de Buenos Aires, ya se habían encontrado fósiles de la especie prehistórica tanto en la provincia de Entre Ríos—noreste de Argentina— como en la Patagonia —extremo sur del país—.
El descubrimiento del diente de seis centímetros de altura se produjo por casualidad, cuando el director del Museo de Mar de Ajó, Diego Gabetta, caminaba por la playa de Mar de Ajó, una localidad bonaerense con costas sobre el Océano Atlántico.
Posteriormente paleontólogos del Museo Argentino de Ciencias Naturales y de la Fundación Azara indicaron que la pieza dental pertenecía a la especie extinta Carcharocles megalodon, que vivió hace 19,8 millones de años.
Este excepcional tiburón llegaba a medir hasta 18 metros de longitud, pesaba hasta 50 toneladas y sus dientes alcanzaban hasta 17 centímetros de altura, característica por la que la especie toma su nombre ya que 'megalodón' significa "diente gigante".
El investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y Doctor en Ciencias Naturales, Federico Agnolin, explicó al medio argentino que “lo que más se suele hallar de esta especie son los dientes, porque su cuerpo tenía un esqueleto de tipo cartilaginoso. Entonces, es más difícil que se fosilice. A lo sumo se han encontrado vértebras sueltas o restos de mandíbulas, donde el cartílago es más resistente”.
Las probabilidades aumentan dado que la mandíbula del megalodón se componía de 276 dientes distribuídos en cinco hileras. A lo largo de su vida era habitual que el animal perdiese la dentadura cazando, por lo que la siguiente hilera reemplazaba la pieza dental perdida.
Por las características del diente, la investigadora a cargo del hallazgo, Julieta De Pasqua, concluyó que el ejemplar podría ser joven, no un adulto ya desarrollado.
Agnolin destacó el estado de conservación de la pieza dado que se encontraba "limpia" a diferencia de algunas otras que han sido objeto de estudio que llegan destruidas o hay que removerles restos de roca.
Agregó además que el hallazgo da cuenta de la "importancia de la playa como yacimiento prehistórico" y apuntó a la concientización de la sociedad sobre la importancia de encontrar fósiles y entregarlos para su estudio.
“La gente, cuando camina por la costa, junta piedritas o caracoles, sin siquiera imaginarse que muchos de esos elementos tienen millones de años de antigüedad. Está bueno concientizar a la gente sobre ese aspecto y que, si encuentra algo interesante, debe llevarlo al museo más cercano", finalizó.