El Ejército del Aire asegura que desde el momento en que se tuvo constancia del hecho, el Centro de Operaciones de Vigilancia Espacial del Ejército del Aire (COVE), realiza un seguimiento activo de la fragmentación del satélite, ya que se trata de un centro militar responsable de la vigilancia y conocimiento de la situación espacial.
"Se estima que el número de fragmentos generados por la explosión puede ser superior a 1500, de todos diversos tamaños", han asegurado en una nota de prensa.
El encargado de realizar estas tareas de vigilancia es el radar de vigilancia espacial S3TSR (Spanish Space Surveillance and Tracking Space Radar), que hasta el momento ha sido el radar que más tracks ha reportado de los fragmentos generados. Según informan desde la institución continuará con las labores de vigilancia hasta que se considere que los "nuevos objetos generados" están controlados.
El 15 de noviembre el Departamento de Estado norteamericano acusó a Rusia de realizar una supuesta prueba de misil contra uno de sus propios satélites acusándole de generar riesgos en el espacio. Unas acusaciones que fueron rechazadas por Moscú: "Decir que Rusia crea riesgos para el uso del espacio con fines pacífico es como mínimo hipócrita. No han presentado pruebas", aseguró el ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, en una comparecencia ante la prensa en la que instó a Washington a sentarse a dialogar sobre la militarización del espacio en lugar de realizar "acusaciones falsas".
El radar S3TSR está situado en la Base Aérea de Morón (Sevilla) y su operación y sostenimiento es responsabilidad del COVE desde el 30 de diciembre de 2020.