"En cualquier parte del globo persiste el empleo de los niños en actividades laborales", que "pone en riesgo su salud, su bienestar psicofísico y los priva del derecho a estudiar y a vivir la infancia con alegría y serenidad", acotó el pontífice.
El obispo de Roma definió el trabajo infantil como "explotación de los niños en los procesos productivos de la economía globalizada para asegurar beneficios y ganancias a otros".
"Es la negación del derecho de los niños a la salud, a la educación, a un crecimiento armonioso, que también incluye la posibilidad de jugar y de soñar. Esto es trágico. Un niño que no puede soñar y jugar, no puede crecer", recalcó el Papa.
En su opinión, a fin de resolver el problema, hay que animar a los empresarios y Estados a crear oportunidades de trabajo decente con sueldos equitativos, para que las familias no tengan que obligar a los hijos a trabajar.
Además, el pontífice sugirió desarrollar "una educación de calidad, gratuita para todos, así como un sistema sanitario al que todos puedan tener acceso".
14 de junio 2021, 15:06 GMT