"Los países occidentales al no poder estrangular rápidamente a Bielorrusia el año pasado, comenzaron a asfixiarla lentamente. Es evidente que esto es parte de la lucha contra Rusia y sus aliados", dijo el mandatario al reunirse en Minsk con el presidente de la Cámara Baja de Rusia, Viacheslav Volodin.
Lukashenko ha calificado de "asqueroso y sucio" el comportamiento de los países de Europa.
Los 27 Estados de la Unión Europea intensificaron sus sanciones unilaterales contra los bielorrusos tras las elecciones presidenciales de 2020 que dieron una victoria abrumadora a Lukashenko, según los resultados oficiales.
El 1 de diciembre, la UE acordó un nuevo paquete de restricciones esta vez por la caravana de refugiados iraquíes y de otras nacionalidades que buscan entrar en Polonia desde Bielorrusia en su marcha a Alemania.
Desde hace semanas miles de familias kurdas y de otras nacionalidades se encuentran atrapadas en la frontera entre Bielorrusia y Polonia, lo que supone la mayor crisis de refugiados para este flanco del bloque comunitario.
El Gobierno polaco, del partido nacionalista Ley y Justicia (PiS), envió miles de soldados para impedir la entrada de los solicitantes de asilo. Una respuesta que Bielorrusia consideró inapropiada para atender una crisis migratoria.
Las fuerzas polacas impiden con dureza los intentos de los refugiados de cruzar la frontera, haciendo uso de gases lacrimógenos y cañones de agua con un agente tóxico que ha provocado quemaduras químicas a más de un centenar de refugiados, entre ellos una veintena de niños, según denunció el Comité de Investigación de Bielorrusia.
Varios migrantes han sido encontrados muertos en la zona, según denuncia el Comité Internacional de Rescate.