Bajo esta nueva política, cada migrante que opte de manera voluntaria por regresar a su país de origen recibirá 1.000 euros (1.130 dólares) de los guardias fronterizos, explicó la ministra del Interior del país, Agne Bilotaite, a la agencia AFP.
Este es un aumento significativo en comparación con la tarifa establecida previamente de 300 euros, o poco más de 330 dólares.
"Después de rechazar la mayoría de las solicitudes de asilo, necesitamos soluciones para devolver a los migrantes a sus países de origen. Esperamos que el pago más alto aumente el número de migrantes que regresan voluntariamente", agregó la alta funcionaria.
Origen de la crisis
Y es que desde el verano del 2021, miles de inmigrantes, en su mayoría de Oriente Medio, han cruzado o intentado cruzar la frontera de la Unión Europea hacia Letonia, Lituania o Polonia.
Incluso, la Unión Europea ha acusado al Gobierno de Alexandr Lukashenko de promover esta migración y de vender la idea de que entrar por esta zona a la UE es más frecuente, como una manera de tomar represalias contra el grupo de 27 países por las sanciones impuestas tras las elecciones generales de Bielorrusia.
Por su parte, Bielorrusia ha negado los cargos e incluso ha puesto a la orden aviones para la repatriación de estas personas
Solicitudes de asilo
Lituania terminó de procesar las solicitudes de asilo que habían presentado hasta ahora los migrantes que cruzaron la frontera ilegalmente. El país rechazó a la gran mayoría y solo otorgó el estatus de refugiado a 54 de los 3.272 migrantes que lo solicitaron.
Mientras, las autoridades lituanas dicen que la deportación es un procedimiento largo y costoso, y puede que no siempre tenga éxito, ya que los países de origen pueden negarse a aceptar a los migrantes.
Tampoco existe un acuerdo de readmisión entre la UE e Irak, cuyos ciudadanos constituyen un gran porcentaje de los migrantes, lo que dificulta los retornos involuntarios.
30 de noviembre 2021, 15:09 GMT