El té fuerte y el café sin nada en ayunas irritan la mucosa del tracto gastrointestinal y no proporcionan la energía que necesita el organismo. Según la endocrinóloga, los alimentos dulces como los pasteles, caramelos y bollería son los más dañinos ya que contienen grandes cantidades de carbohidratos que se absorben rápidamente y provocan un aumento de la glucosa en sangre y paralelamente provoca una rápida sensación de hambre y posibles dolores de cabeza.
"Las carnes grasas, los ahumados y los encurtidos son alimentos difíciles de digerir. Después de un desayuno con esas características, por regla general, aparece la somnolencia y disminuye el rendimiento", explicó Tarasko.
La especialista recomendó seguir la regla de comer aproximadamente una cuarta parte de la ingesta total de proteínas.
"Esto puede ser huevos, requesón, pavo, pollo, un poco de pescado bajo en grasa, la mitad de los carbohidratos en verduras y frutas o granos enteros", aconsejó a tiempo de precisar que también se pueden añadir pequeñas cantidades de grasas saludables como aceites vegetales no refinados y frutos secos.