"(¿Qué se buscó con el intento de expulsar a los venezolanos?) Es un proceso que ha tenido lugar debido a que hay un clamor de la opinión pública a que hay determinados ciudadanos venezolanos que han estado cometiendo delitos. Hay ese clamor popular", dijo el canciller en diálogo con la radio local RPP.
El 22 de diciembre, 41 venezolanos involucrados en hechos delictivos iban a ser repatriados en un vuelo que partía hacia Caracas desde una base de la Fuerza Aérea en Lima.
Sin embargo, la expulsión, a la que iba a asistir el presidente Pedro Castillo, nunca se ejecutó pues la Cancillería venezolana no había aceptado el aterrizaje del vuelo.
"La Cancillería gestionó y no obtuvo respuesta (de Venezuela). Hemos podido reconstruir que no se dio (el aterrizaje) porque hubo un periodo de vacaciones (en Venezuela) desde el viernes 15 último hasta el 2 o 3 de enero", dijo Maúrtua.
Tras la frustrada repatriación, el Gobierno peruano tuvo que liberar a los 41 venezolanos pues para retenerlos por más tiempo precisaba una orden judicial que no tenía.