Según informó la Policía en un comunicado, "el segmento corpóreo" encontrado —no precisó cuál— se entregó para ser analizado el 1 de septiembre, y la identificación "fue posible a través de un examen de ADN".
La víctima identificada era una mujer, de 49 años, que trabaja como analista de operaciones de Vale, la empresa propietaria de la mina que se rompió.
Hasta ahora, la última víctima había sido identificada el pasado 10 de noviembre; un mecánico que también trabajaba para Vale y tenía 55 años.
Con estas últimas identificaciones, el número de desaparecidos bajo el lodo tóxico que dejó el accidente es de seis.
Las tareas de búsqueda, que solo pararon unas semanas al inicio de la pandemia del COVID-19, continúan en la zona y no tienen plazo para acabar.