"Por otro lado, parece que al gobernar la izquierda ya no hay que luchar más o ya no hay que elevar tanto la voz. Y además hay un tercer factor. Los barrios están en remodelación, otros están creciendo y, aunque hay muchísimo por hacer, por lo menos ya hay un acoplamiento real de esas capas de la sociedad al resto", argumenta el autor.
"No la hubo en los setenta, que es más recordada por la lucha contra Franco, por las manifestaciones corriendo de los grises… Y aquí se desborda. La generación de entonces ya no quiere pelear, sino beber, drogarse y divertirse. A pesar de que, como dice Ana Curra, la Movida eran los 100 que estaban en los mismos sitios, se retroalimenta a sí misma y se favorece con una cascada de dinero público", analiza Lezcano.