"Condenamos los recientes hechos de violencia ocurridos en la República de Kazajistán instigados desde el exterior para subvertir el orden interno y desestabilizar al gobierno constitucional de ese país amigo", subrayó el canciller de la isla en su cuenta de Twitter.
Este país, ubicado en el Asia Central y que comparte fronteras con Rusia y China, está sacudido desde principios de este año por una fuerte ola de violencia que, según cifras preliminares, ha provocado la muerte de una veintena de personas y más de 700 heridos.
Las protestas iniciaron después que el Gobierno kazajo decretara un aumento del precio del gas licuado, y aunque la medida fue revocada, las protestas se tornaron violentas, con cuantiosos daños materiales, saqueos y destrucción de edificios gubernamentales, quema de autos, y violentos enfrentamientos con las fuerzas del orden.
El Gobierno de Kazajistán —que encabeza el presidente, Kasim-Yomart Tokaev— aseguró que lo que ocurre en su país es un plan terrorista orquestado desde el exterior que busca desestabilizar a las instituciones y a la sociedad.