Tres mujeres vestidas con túnicas y nueve hombres cubiertos con taparrabos cantaron y aplaudieron antes de darse el baño helado.
"Espero que pronto el mundo y la pandemia de coronavirus se calmen y todo el mundo pueda moverse libremente", comentó una de las participantes, Yoshiko Shibada, tras el ritual Misogi, que hace referencia a la tradición sintoísta de lavarse todo el cuerpo para purificarse.
Este evento se celebra el segundo domingo de cada año y en esta ocasión tenía el objetivo añadido de "alejar las epidemias".