Según dice la Policía citada por el medio, los intrusos trataron de entrar en el Parlamento para "realizar una protesta no sancionada".
Añade la nota que las autoridades todavía no presentaron cargos contra los infractores.
A finales de diciembre, en la capital australiana se iniciaron protestas contra la política australiana de vacunación anti-COVID y contra la violación de los derechos de los aborígenes.
Las protestas pacíficas, que se celebraron frente al antiguo edificio del Parlamento —que hace muchos años se convirtió en el Museo de Democracia Australiana—, luego se transformaron en disturbios violentos.
La Policía se vio obligada a utilizar gas pimienta para dispersar a la multitud.