"El ministro recomendó que se hagan exámenes a los niños, como forma de garantizar la seguridad de cada uno de ellos", destacó el ministerio en un comunicado, después de la visita del ministro a Lucena, la localidad donde sucedieron los hechos.
En total, hasta 48 niños habrían sido vacunados en una zona rural de la localidad entre finales de diciembre y principios de enero.
En ese momento la vacunación infantil en Brasil aún no había empezado (arrancó el lunes), por lo que se usaron dosis de la vacuna de Pfizer para adultos.
También hay indicios de que las vacunas estuvieran caducadas; la Fiscalía está investigando los hechos y ya interrogó a una madre y a una técnica de enfermería.
El ministro de Salud afirmó que de momento no se ha detectado ningún efecto adverso en los menores y se mostró dispuesto a colaborar con las autoridades locales en caso de necesidad.