En un comunicado, el ayuntamiento informó que pactó con las escuelas de samba algunas medidas, entre las cuales destacan "el uso obligatorio de máscara para quienes desfilen y para los espectadores".
También habrá un límite de ocupación máxima del 70% en las gradas donde se sitúan los espectadores, y tanto ellos como los componentes que desfilan deberán estar vacunados.
Además, deberá reducirse el número de componentes de cada una de las escuelas que se exhiban en el Sambódromo de Anhembi, aunque no se precisó cuánto.
Las autoridades de Sao Paulo destacan, no obstante, que estas medidas por sí solas no garantizan la celebración del carnaval, que está sujeto a la situación epidemiológica de las próximas semanas.
Prácticamente todas las capitales de Brasil ya cancelaron el carnaval de calle, donde se reúnen millones de personas de forma desordenada, pero tanto Sao Paulo como Río de Janeiro decidieron mantener, de momento, esta otra modalidad, la de los desfiles del Sambódromo, al entender que pueden establecerse controles.