"Italia como un miembro de autoridad de la Alianza del Atlántico Norte y de la Unión Europea podría jugar su papel en normalizar las relaciones de Rusia y Occidente, en primer término, implementando una actitud equilibrada y desarrollando el diálogo y contactos e impulsando a otros países de la OTAN y la UE a acciones semejantes", declaró.
El diplomático señaló que, en la situación en torno a Ucrania, Italia suele adoptar precisamente esta línea política.
El embajador puso como ejemplo el protocolo final del Consejo ruso-italiano para la cooperación económica, industrial, monetaria y financiera, en el que Rusia e Italia se califican de socios estratégicos, y recordó que hace apenas cinco años se le retiró a Rusia el estatus de socio de la Unión Europea.
"Durante el último medio año se han celebrado cinco conversaciones telefónicas entre el presidente ruso, Vladímir Putin, y el presidente del Consejo de Ministros de Italia, Mario Draghi, que han sido de carácter sustancial y de mutuo interés", subrayó el diplomático.
Rázov también destacó que en estos momentos los países de Occidente están elaborando un nuevo paquete de sanciones contra Rusia.
En este contexto, el 26 de enero el presidente ruso mantuvo una telerreunión con empresarios italianos que tienen negocios con Rusia, y el diálogo fue constructivo, señaló el diplomático.
"No me gusta idealizar, pero en las condiciones actuales vemos en Italia a un socio que incluso en la difícil situación actual aboga por mantener el diálogo con nuestro país", destacó el interlocutor de la agencia.
El embajador también comentó el estado actual de las relaciones entre Rusia y Occidente.
"Como dicen, las crisis van y vienen y los intereses nacionales permanecen, me baso en que Rusia e Italia tienen intereses armoniosos y paralelos, lo que permite desarrollar progresivamente nuestros vínculos", resumió.
Las relaciones de Rusia y Occidente empeoraron a raíz del conflicto interno en Ucrania y la reincorporación de Crimea a Rusia tras el referéndum celebrado en marzo de 2014, en el que más del 96% de los votantes avaló esta opción.
Ese mismo año, Estados Unidos, la UE y otros países aprobaron varios paquetes de sanciones contra Rusia. Moscú respondió a las restricciones con un embargo alimentario que causa pérdidas millonarias a las empresas europeas.
La UE condiciona el levantamiento de las sanciones a la implementación de los acuerdos de Minsk, formulados para resolver el conflicto armado ucraniano, mientras Rusia, a su vez, insiste en que no es parte del conflicto y tampoco es objeto de los acuerdos de Minsk.
Últimamente la UE amenaza a Rusia con imponerle más sanciones económicas en el caso de que empeore la situación en torno a Ucrania.
El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, declaró que las nuevas sanciones tendrían graves consecuencias para la economía rusa.