"No hubo nada fuera de lo esperado, fue una visita muy positiva para los dos lados", expresó el analista.
Ferracioli restó importancia al hecho de que Bolsonaro expresara que Brasil es "solidario con Rusia", sin especificar a qué se refería, lo que derivó en algunas interpretaciones de adhesión a Moscú en sus pretensiones sobre Ucrania.
El analista remarcó que tanto las palabras de Bolsonaro como el comunicado conjunto de los líderes están en la línea histórica de la diplomacia brasileña, de defender el diálogo como salida de forma pacífica a los conflictos.
"No hubo ninguna frase inadecuada", zanjó.
El profesor también rechazó las teorías de la conspiración cuando se trata de cooperación militar o en el ámbito nuclear.
En este sentido, celebró la mayor implicación rusa, que podría traducirse en la finalización del reactor nuclear de Angra 3, en el estado de Río de Janeiro (sureste).
"También fue muy positivo que se hablara de intercambiar informaciones en los sectores de petróleo y gas", añadió.
Ferracioli, que participa en el consejo empresarial de los BRICS en Brasil, destacó además la inyección de optimismo que la reunión aportó al bloque, que considera clave en el fortalecimiento de la relación bilateral.
Al tiempo que resaltó los avances para Brasil en el campo de la exportación de "commodities" y en la garantía de importación de fertilizantes y potasio rusos, básicos para la agricultura brasileña.
A nivel de imagen internacional, considera que la visita a Putin ayuda a romper la idea de aislamiento internacional de Bolsonaro y de alineación total con EEUU que se construyó en los últimos años, especialmente durante la presidencia de Donald Trump (2017-2021).