"Las autoridades polacas han detenido arbitrariamente a casi dos mil solicitantes de asilo que cruzaron al país desde Bielorrusia en 2021 y sometieron a muchos de ellos a abusos, incluyendo cacheos con desnudo en instalaciones insalubres y superpobladas y, en algunos casos, incluso a sedación forzada y descargas eléctricas", afirma la ONG en un informe publicado el 11 de abril.
El documento añade que cada vez más migrantes irregulares, cuando intentan cruzar de Bielorrusia a Polonia, "se enfrentan en la frontera polaca a vallas de alambre de púas y a repetidos empujones de los guardias fronterizos".
Jelena Cesar, investigadora regional de Amnistía Internacional, señaló que los solicitantes de asilo, muchos de los cuales fueron empujados a cruzar a Polonia, se encuentran ahora en "centros de detención sucios y superpoblados donde los guardias los someten a un trato abusivo y les niegan el contacto con el mundo exterior".
"Este trato violento y degradante contrasta fuertemente con la cálida bienvenida que Polonia ofrece a las personas desplazadas que llegan de Ucrania. El comportamiento de las autoridades polacas huele a racismo e hipocresía. A Polonia le urge extender su admirable compasión por aquellos que ingresan al país desde Ucrania a todos aquellos que cruzan sus fronteras en busca de seguridad", destacó Cesar.
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