"En una carta oficial, enviada al secretario general de la ONU y al presidente del Consejo de Seguridad, sobre los crímenes de guerra, cometidos por la denominada coalición internacional en la ciudad de Al Raqa en 2017, el Ministerio de Asuntos Exteriores aclaró que la operación militar estadounidense, que las fuerzas de la coalición internacional ilegal realizaron en Al Raqa desde junio hasta octubre 2017, llevó a la destrucción casi total de la ciudad y miles de sus civiles", dice un comunicado.
El Ministerio de Exteriores subrayó que el objetivo de la operación fue destruir la infraestructura de la ciudad y atacar a la población civil.
Siria
vive desde marzo de 2011 un conflicto en el que las fuerzas gubernamentales se enfrentan a grupos armados de la oposición y a organizaciones terroristas.
En 2014, Al Raqa fue tomada por el
grupo terrorista ISIS (autoproclamado Estado Islámico, proscrito en Rusia).
En 2017, la ciudad fue liberada por las formaciones kurdas de las Fuerzas Democráticas Sirias, apoyadas por la coalición internacional proestadounidense.
Sin embargo, la ciudad se quedó casi completamente destruida como resultado de los ataques y bombardeos.
A finales de 2017, ISIS fue declarado derrotado en Siria e Irak, pero las operaciones antiterroristas siguen en marcha.
Washington respalda a las
formaciones armadas kurdas ubicadas en el país a pesar de las protestas del Gobierno sirio.
El ejército estadounidense controla actualmente partes de las provincias de Hasaka,
Al Raqa, Alepo y Deir Ezzor, donde se encuentran los mayores yacimientos de petróleo y gas sirios.
Damasco no reconoce la llamada administración autónoma del norte y el este de Siria y califica la presencia de los militares estadounidenses en su territorio como una ocupación y piratería de Estado con el objetivo de robar directamente el petróleo y gas sirios.