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¿Para qué lleva el tanque ruso T-80 una 'falda' de goma? La explicación te sorprenderá

El tanque soviético T-80U está a punto de celebrar su 40 aniversario en servicio de combate, e incluso tantos años después sigue generando leyendas urbanas.
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Una de ellas afirma que su 'decoración' de goma en forma de faldón y obenques es necesaria para reforzar su protección contra proyectiles, pero esto es, ciertamente, un mito. La realidad es que en lugar de los proyectiles, estos elementos de goma protegen el tanque contra el polvo.

¿Por qué un tanque puede temer al polvo?

Como cualquier máquina compleja, los tanques tienen sus "enfermedades infantiles", defectos que no se tuvieron en cuenta en el diseño y que salieron a luz en el transcurso de la operación. Estas enfermedades se eliminan gradualmente con la producción de nuevos vehículos y actualizando los ya existentes.
Una enfermedad de la que no se ha recuperado del todo el T-80 es la alta vulnerabilidad del motor de turbina de gas cuando opera en una zona rica en polvo o arena.
Eso sí, cabe destacar que el motor del T-80 no es el único que sufre este problema. Así, su homólogo estadounidense instalado en los tanques Abrams también es vulnerable. Y es que cuando el polvo de loess acaba en el interior del motor se somete a temperaturas extremadamente altas y poco a poco se convierte en una masa dura parecida al vidrio. Con el tiempo se forma una capa bastante gruesa en los álabes de la turbina y en los tractos del gas, estrechando su diámetro.
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Esto lleva a una disminución del rendimiento, y lo que es más importante, a una menor fiabilidad y vida útil del motor. La única manera de deshacerse de esta arena es intensificar el filtrado del aire. Pero esta solución es un arma de doble filo.
Una turbina de gas, por término medio, puede consumir entre cuatro y cinco veces más aire que un motor de combustión interna, por lo que el filtro quedará obstruido mucho más rápido. En EEUU han dotado a los Abrams de filtros de cassette de dos etapas, que deben limpiarse regularmente a mano.
De hecho, a veces se tiene que hacer con tanta frecuencia, que si se trata del desierto, este procedimiento debe realizarse una vez por hora o incluso más a menudo. En la URSS optaron por utilizar filtros de cassette sin mantenimiento para ahorrar espacio en el compartimento del motor-transmisión y facilitar su manejo. No requerían mucha atención, pero dejaban pasar una cantidad sustancial de polvo: hasta un 2-3%.
La calidad de la purificación del aire proporcionada por estos filtros era suficiente para operar en la mayoría de las áreas de la URSS, incluyendo Siberia y el Lejano Oriente. Sin embargo, un tanque es una máquina para todo tipo de clima y debe funcionar incluso en las condiciones más duras.
Asia Central, con su vasto e inhóspito desierto de Karakum, se ajusta perfectamente a esta descripción. Fue precisamente allí, donde los T-80 de preserie se tragaron el polvo, en el sentido literal. Debido a ello, sus motores apenas registraban cien horas de funcionamiento antes de necesitar mantenimiento, y a menudo incluso eran menos horas. Mientras tanto, en las regiones orientales de Rusia la cifra rondaba las 200-300 horas.
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Pruebas del tanque T-80 en las arenas del desierto Karakum
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Pruebas del tanque T-80 en las arenas del desierto Karakum
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Pruebas del tanque T-80 en las arenas del desierto Karakum
Había que hacer algo al respecto.
En el transcurso de la producción del T-80 se introdujeron una serie de mejoras en la protección del motor contra el polvo. Entre ellas podríamos destacar las siguientes:
una toma de aire a popa de la torreta;
aumento de altura de la toma de aire —donde había menos polvo—;
un sistema de limpieza por vibración;
barrido del motor con aire comprimido;
filtros de boquilla autolimpiables;
escape asistido por ventilador;
modo desierto que reduce la temperatura de gas para evitar el derretimiento del polvo.
Pero quizás la solución más interesante eran los delantales y los lóbulos antipolvo. Curiosamente, lo que más destaca de estos elementos no es su rendimiento y eficiencia, sino la cantidad de mitos que han generado.

Escudos de goma contra el polvo más fino

Los escudos de goma del T-80 han sido objeto de toda clase de mitos: desde las afirmaciones de que sirven para reducir su detectabilidad por radar hasta la reducción de su huella térmica y protección contra proyectiles. Y ninguno de estos mitos es cierto.
El filtro de aire del tanque T-80 elimina con bastante éxito casi todas las partículas de polvo de 20 micras y más, por lo que la mayor parte del polvo que entra en el motor es una fracción muy fina con un tamaño de partícula inferior a 2 micras.
Estas partículas prácticamente no tienen peso propio y son tan pequeñas que su movimiento en el espacio depende totalmente de las fuerzas aerodinámicas: donde va la corriente de aire, allí van. Es imposible filtrar estas "minucias", y precisamente estas partículas son la causa del ensuciamiento de la turbina.
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Así que los ingenieros determinaron que sería más eficaz no cambiar el diseño del propio carro de combate, y en lugar de ello enfocarse en mejorar sus cualidades aerodinámicas para formar unas corrientes de aire que no permitan la entrada del polvo en el motor.
Unas pruebas en un túnel de viento con una maqueta a escala demostraron que ciertas partes del tanque formaban regiones de presión baja. Una de ellas estaba encima de la toma de aire que literalmente succionaba el polvo.
El esquema aerodinámico del T-80 obtenido del túnel de viento. Los números 1,2 y 3 indican los lugares para instalar los escudos de goma.
Para controlar estas masas de aire, se propusieron varias variantes de "generadores de vórtices", de las que finalmente solo se adoptaron dos.
La primera: un delantal en la parte delantera del casco. Su tarea principal es romper la delgada corriente de polvo que corre hacia la parte delantera del tanque y pasa por debajo del fondo del mismo. Al encontrarse con este delantal, el polvo fluía en tres direcciones: a ambos lados y hacia la torreta. También servía para absorber las dunas de polvo al pasar por baches y jorobas.
La segunda: los lóbulos montados en las unidades de protección dinámica. Su finalidad es dar a la torreta una forma más aerodinámica para suavizar los vórtices resultantes y dirigirlos a lo largo del techo y los laterales sin que entren en la toma de aire situada encima.
Tanque T-80U
El complemento natural de este par de escudos antipolvo eran las pantallas laterales que atrapaban nubes enteras de polvo procedentes de los rodillos y orugas en movimiento.

¿Realmente funcionan?

Estos delantales de goma solo funcionan plenamente en una caravana cuando un tanque pasa y deja tras de sí una nube de polvo y el segundo tanque se introduce en ella, o el viento sopla de tal manera que toda la arena vuela hacia la frente.
En este caso, el polvo en la zona del techo del compartimento de transmisión del motor puede reducirse hasta un 50% o incluso más. Al mismo tiempo, cuanto mayor sea la velocidad del tanque o del viento, mayor será la eficacia. Pero incluso un viento lateral no es, en principio, un obstáculo: los guardapolvos cumplirán su función, aunque sea de manera parcial.
Aunque los escudos de goma en la frente del casco se utilizaron en series anteriores de T-80, como el T-80B, solo el T-80U y sus variantes recibieron un juego completo. Estos vehículos batieron una especie de récord mundial en el número de medidas "a prueba de polvo", pero dio sus resultados: en condiciones desérticas, la vida útil de las turbinas aumentó hasta un mínimo de 300 horas de operación.
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