"El Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación están entrando con fuerza en la industria maderera y el tráfico de especies. En muchas ocasiones están usando ese tipo de productos de vida silvestre como una forma de pago para obtener los precursores químicos para elaborar metanfetaminas, fentanilo y opioides sintéticos, también como un mecanismo para evitar las regulaciones bancarias contra el lavado de dinero", dijo la investigadora estadounidense Vanda Felbab-Brown al diario español El País.
"Los carteles se dieron cuenta de que estos comerciantes chinos estaban ganando mucho dinero con las medusas, el buche de totoaba, los pepinos de mar, el abulón, y entonces empezaron a penetrar estas economías para dominarlas. Han empezado a monopolizar estos mercados y han sacado a los comerciantes chinos de la interacción directa con los cazadores furtivos locales", afirma Felbab-Brown.
"El poder y la presencia de los grupos del crimen organizado en México se ha venido expandiendo en la última década. Lo más crucial es que no ha sido una expansión únicamente geográfica, sino también en el tipo de mercados en los que operan: están entrando en muchas actividades económicas que no son las drogas", añade.