Sin embargo, el jefe de la empresa energética Shell Ben van Beurden se mostró escéptico sobre esta intención de limitar los precios del petróleo procedente de Rusia.
"Todos los defectos [de la propuesta] son ya visibles", dijo citado por Bloomberg.
Según Burden, una iniciativa de este tipo solo funcionaría si se adhieren a ella un gran número de Estados, además de EEUU y los países europeos. De lo contrario, "el petróleo ruso se entregará a países a los que no les importa comprar, por ejemplo, [el petróleo ruso] de la marca Urales", dijo el jefe de Shell.
El embargo impuesto por la Unión Europea y Estados Unidos a la compra de petróleo ruso ha provocado una fuerte subida de los precios, lo que ha permitido a Rusia desviar grandes volúmenes de crudo a otros mercados, principalmente en Asia: la India y China. De este modo, incluso vendiendo menores volúmenes de petróleo con descuento, Rusia ha aumentado sus ingresos como consecuencia de las sanciones occidentales, mientras que la UE y Estados Unidos sufren pérdidas netas, incluyendo un efecto secundario en forma de inflación.
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