Miles de personas ya salieron a las calles en las últimas semanas en varios estados del este de Alemania para expresar su rechazo a la política actual del Gobierno que acarreó la crisis energética europea.
En otras ciudades alemanas como Zwickau, Núremberg, Gera, Freiberg y Leipzig también se llevaron a cabo protestas.
Alemania dependía en gran medida del gas ruso. El gasoducto Nord Stream 1 era la principal ruta de exportación. Sin embargo, ahora el bombeo de gas a través de este gasoducto está suspendido. Mientras Berlín acusa a Moscú de "chantaje" energético, el Kremlin responsabiliza a la UE por la crisis energética derivada de las sanciones occidentales contra Rusia.
Las obras de su sucesor, el Nord Stream 2, fueron detenidas unilateralmente por Alemania durante el inicio de la operación militar especial de Rusia en Ucrania.
Por su parte, el Gobierno alemán aprobó nuevas medidas para sobrevivir la crisis energética, entre ellas nuevas tasas de gas para proteger a las empresas de servicios públicos, así como la reducción de las temperaturas en los edificios públicos y las oficinas.
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