Las pruebas presentadas a Guinness demostraron que para el 1 de febrero Bobi había cumplido 30 años y 266 días, edad verificada por la base de datos de animales del Sistema de Información de Mascotas (SIAC), autorizado por el Gobierno portugués.
El dueño de Bobi, Leonel Costa, afirmó a los representantes de Guinness que otro de sus perros vivió hasta los 22 años y que la madre de Bobi vivió hasta los 18.
Esto ocurrió dos semanas después de que un chihuahua de 23 años llamado Spike fuera declarado el perro más longevo entre los actualmente vivos. El anterior poseedor de este título era un pastor ovejero australiano llamado Bluey, que murió en 1939 y vivió 29 años y cinco meses.
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