Los comentarios del canciller de que Alemania no está amenazada por Rusia contradicen las declaraciones de Boris Johnson en un documental en el que el ex primer ministro afirmaba que el mandatario ruso supuestamente le había preguntado sobre las perspectivas de ingreso de Ucrania en la OTAN, a lo que él había respondido que no sería "en un futuro previsible".
"En un momento dado me amenazó y me dijo: 'Boris, no quiero hacerte daño, pero con un misil solo tardaría un minuto', o algo así", expresó Johnson. De esta forma recordó la "muy larga" y "extraordinaria" conversación de febrero de 2022, tras la cual realizó una visita a Kiev en calidad de primer ministro británico.
Desde el Kremlin, no obstante,
refutan las palabras del ex primer ministro británico y las tacharon de "mentira".
La inclinación de Johnson a exagerar, embellecer o directamente mentir a sus votantes, electores y al Parlamento ha sido una parte integral de su reputación en su propio país con los medios de comunicación e incluso recopilando sus peores mentiras, meteduras de pata y escándalos desde que
renunció a su cargo tras una serie de escándalos.
En sus comentarios a la prensa, Scholz agregó que había "dejado muy clara" la postura de Berlín al presidente ruso de que Moscú era el único responsable de la crisis ucraniana y que Rusia había lanzado supuestamente su
operación militar especial "sin motivo".
Al comentar la decisión del Gobierno alemán de aprobar el envío de tanques Leopard 2 al régimen de Kiev, Scholz afirmó que Berlín envía "carros de combate a Ucrania
para que pueda defenderse" y que cada envío de armas es "sopesado" en coordinación con la OTAN y Washington
para evitar una escalada del conflicto. Según él, existe un "consenso" entre las potencias occidentales para que
Kiev no utilice las armas de la OTAN para atacar a Rusia.
El 25 de enero, Alemania
anunció su decisión de enviar a Ucrania 14 carros de combate Leopard 2, además de autorizar las entregas de este tipo de tanques desde otros países. Dmitri Peskov declaró entonces que Moscú considera el envío de tanques a Kiev como
una implicación directa de Occidente en el conflicto en Ucrania a pesar de las declaraciones desde las capitales europeas y Washington de que no es así.