"La travesía duró más de un mes. Cuando salimos de Oimiakón, había 58 grados bajo cero (...) El trecho más difícil fue la autopista de Kolimá, porque los vehículos asustaban a los caballos", comentó Vinokúrov a Sputnik.
A Vinokúrov y a sus dos caballos les acompañaron en el trayecto de Oimiakón a Seimchán un camión con un grupo de amigos que se dedicaron a cocinar y hacer acampadas. El heno para los animales lo facilitaban los granjeros locales.
La aventura busca demostrar al mundo la superioridad de los caballos yakutos: en invierno boreal, cuando el termómetro marca 60 grados bajo cero, hallan comida bajo la nieve. También sobreviven sin problemas en verano, cuando las temperaturas en Yakutia superan los 30 grados Celsius.
No es la primera vez que Vinokúrov se embarca en un viaje para popularizar los caballos de su tierra. Hace un año se desplazó a caballo de Yuchyugey, otro polo de frío que como Oimiakón se encuentra en Yakutia, a Moscú.
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