Los tanques rusos T-90M Proriv luchan contra los últimos vehículos de fabricación occidental en la zona de la operación militar especial. Las tripulaciones de las máquinas rusas han recibido recientemente otro lote de estos carros de combate y, tras someterse a un rápido entrenamiento, están listas para destruir posiciones ucranianas.
Los carros de combate T-90M Proriv proporcionan apoyo de fuego a las unidades de infantería motorizada, lo que permite su avance.
En la zona de la operación militar, los tanqueros utilizan a menudo el tiro de flanco en movimiento. Esta técnica aumenta enormemente la supervivencia de los vehículos y las tripulaciones en el campo de batalla.
El T-90M Proriv es la versión más moderna del carro de combate T-90 Vladimir, bautizado con el nombre del diseñador Vladímir Potkin y adoptado para el servicio a principios de la década de 1990. Una serie de innovaciones de diseño han acercado su eficacia en combate a la del tanque más moderno, el T-14 Armata.
El T-90M está armado con un cañón de 125 mm acoplado a una ametralladora del calibre 7,62 mm. El tanque es capaz de atacar objetivos a larga distancia, mientras que en combate a corta distancia la tripulación permanece bien protegida. La seguridad contra incendios y explosiones se garantiza trasladando parte de la munición del compartimento de combate a un compartimento aislado situado en la parte trasera de la torreta.
El vehículo está dotado de una capacidad de búsqueda y vigilancia significativamente mayor para el comandante, tanto desde posiciones estacionarias como en movimiento a cualquier hora del día. Utiliza un sistema de armas guiadas y un sistema automático de localización de objetivos. Además, el tanque ha sido equipado con modernos sistemas de aire acondicionado y cámaras de vigilancia, equipos de comunicaciones y conexión a sistemas centralizados de gestión del campo de batalla.
El blindaje del carro de combate fue mejorado. El tanque está equipado con un sistema de defensa activa que emite granadas de aerosol cuando es necesario, y la cortina de humo que crean impide que los sistemas de guiado alcancen el objetivo. Además, el sistema detecta los proyectiles lanzados contra el tanque y los destruye antes de que lo alcancen por medio de una explosión dirigida.
El motor diésel de 1.130 cv ofrece altas velocidades (hasta 70 km/h) y una gran autonomía (500 km), incluso a temperaturas extremadamente altas.
El T-90M está en servicio desde 2020 y está considerado el mejor carro de combate de la operación militar especial. Para suministrar al Ejército ruso estos vehículos de combate, la cadena de montaje de tanques de Uralvagonzavod trabaja sin descanso.