Así lo expresó el analista Mauro Leos en un comunicado del Moody's Investors Service, el cual quiso señalar que "el plan de Brasil de adoptar medidas estructurales enfocadas en evitar la rigidez presupuestaria es un hecho positivo", y recalcó el hecho de que "aflojar la rigidez del lado de los gastos será fundamental para estabilizar la relación de la deuda, una condición necesaria para que Brasil preserve su clasificación Baa3 con perspectiva estable".
Por tanto, la última maniobra del ministro de Economía y Hacienda de Brasil, Joaquim Levy, parece haber conseguido convencer a la agencia de calificación más exigente de Estados Unidos aunque es importante recordar que el objetivo de alcanzar un superávit del 0,7 por ciento del PIB en 2016 dependerá de la aprobación en el Congreso Nacional de Brasil de nuevos impuestos y la vuelta de otros antiguos y extremadamente impopulares.
De la aprobación de ese impuesto en el Congreso Nacional, dependerá en gran medida que la nota del crédito de Brasil se mantenga estable en los próximos meses ya que únicamente el CMPF conseguirá recaudar en torno a 32.000 millones de reales (8.238 millones de dólares), es decir, prácticamente el 50 por ciento de todo el dinero que el gobierno pretende economizar y que se complementará con un aumento de las cuotas del Impuesto de la Renta sobre las Personas Físicas (IRPF).