"El ataque estuvo dirigido, con un riesgo considerable, a subrayar las susceptibilidades turcas en el conflicto sirio y el miedo de Ankara a ser desplazado de las negociaciones post-París para formar una gran coalición en contra del Estado Islámico", señaló Forbes.
De acuerdo con el experto en Política Internacional y colaborador habitual en el foro digital Open Democracy, los atentados islamistas en París han dado un vuelco significativo en los objetivos inmediatos de los Estados occidentales.
"Ya no pueden equiparar la destitución del presidente Bashar Asad como una prioridad comparable a la destrucción del EI", sostuvo en la entrevista con esta agencia.
Este cambio de perspectivas podría "dañar los intereses nacionales de Turquía" en el supuesto de que, como sugiere hipotéticamente Forbes, "las negociaciones internacionales para poner fin a la guerra civil permiten la continuación del régimen sirio, con o sin Asad al mando del poder".
El analista británico no duda en calificar de "exagerada reacción el disparar contra un avión extranjero", que podría haber sido escoltado por los F-16 en los supuestos 17 segundos que cruzó la frontera turca.

Pese a las tensiones, Forbes cree que se ha eliminado el principal obstáculo a la formación de una gran coalición porque "destruir el EI es ahora una estrategia prioritaria".
"A EEUU, Francia, Reino Unido y otros países les interesa permitir que las tropas gubernamentales sirias, apoyadas material y financieramente por Rusia e Irán, afronten la tarea principal de derrotar al EI en el terreno", concluyó el politólogo.