El documento, entre otros temas, establece la "creación de un registro único de víctimas, porque sabemos que muchas de las víctimas ni siquiera denuncian estos graves hechos y creemos que se deben visibilizar", señaló la legisladora oficialista Marcela Holguín al detallar la propuesta en una rueda de prensa en la sede del legislativo.
El primer capítulo del documento propone también la instalación de un comité donde intervengan todas las instancias del Estado "para luchar de una forma mucho más activa" contra este fenómeno, apuntó Holguín.
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El proyecto reconoce además todos los tipos de violencia existentes, como la física, la sexual psicológica, económica, cibernética, patrimonial y simbólica.
Por su parte, la legisladora por el Partido Social Cristiano Dallyana Passailaigue calificó de "inadmisible" el hecho de que sigan aumentando las cifras de femicidio en el país, pues de acuerdo con el Colectivo de Geografía Crítica del Ecuador en lo que va del año se registran ya 103 asesinatos de este tipo.
"Este proyecto deberá marcar un hito en el Ecuador y un cambio en la vida de las mujeres", recalcó la asambleísta y aclaró que en el texto se opta "por fortalecer la institucionalidad del Estado para responder de forma inmediata a los indicios de violencia".
Para Rosero este "es un día histórico" debido "a la apertura democrática, a la que miramos con mucha esperanza y con mucho aliento".
"Esta es una cruzada nacional, es una acción conjunta en la que el Estado y la sociedad debemos estar activados", anotó la activista y enfatizó en que esta "es la hora de poner un alto definitivo a la violencia, a los femicidios y comprometernos en nuestras vidas cotidianas para cambiar esta realidad lacerante que nos ha lastimado y nos sigue lastimando cada día".
Asimismo, se enfatizó en que el sentido de la normativa es la prevención y no la búsqueda de incrementar el castigo a quienes cometen actos de violencia de género porque "no sacamos nada aumentando los años de prisión, pero sí se trata de que el sistema educativo se active y se haga una educación no sexista", agregó Rosero.
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En ese sentido, Passailaigue explicó que la intención "es evitar que nos maten", por lo que el reto es que "nos eduquen desde pequeños y reeducar a los más grandes: médicos, policías, funcionarios, políticos… porque la violencia también se propaga desde lo más alto del poder".
Es decir que, en promedio, una mujer es asesinada cada 50 horas en Ecuador por razones relacionadas con su género.
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Otros datos revelan que solamente 20% de las mujeres violentadas acuden a las instancias de justicia pero menos de 50 por ciento finalmente denuncian.
De las que sí denuncian, apenas el 5% recibe sentencia y menos del 1 por ciento de las mujeres logra una sentencia a su favor.
