"Hace rato que el Estado peruano ha bajado la guardia y ellos [los terroristas] no; ellos tienen un soporte muy fuerte a través de las ONG [organizaciones no gubernamentales] pro derechos humanos; no es que quiera sonar pesimista, pero soy pragmático", sostuvo Giampietri, vicealmirante en retiro de la Marina de Guerra peruana.
Se trató de una de las mayores crisis políticas de la historia reciente de Perú, resuelta tras 126 días de cautiverio, en una operación militar de rescate realizada por miembros del Ejército y la Marina peruanas, conocida como la Operación Chavín de Huántar.
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Para Giampietri, la debilidad que ha mostrado el Estado para defender a los terroristas y sus deudos, contrasta injustamente con la severidad con la que han sido tratados los comandos que liberaron a 71 de los 72 rehenes, pues uno falleció en el fuego cruzado de la operación.
"Yo soy un hombre mayor y no creo que vaya a durar mucho, pero creo que mis hijos y mis nietos van a sufrir una nueva arremetida de la subversión en este país. Esto no ha terminado, ellos [los terroristas] sólo necesitan reorganizarse. ¿Alguien puede pensar que el fenómeno del terrorismo puede estar acabado con 10.000 hombres sueltos en las calles?", cuestionó el exvicepresidente peruano.
Virreinato
La Operación Chavín de Huantar, realizada durante el mandato del entonces presidente Alberto Fujimori (1990-2000), culminó con la muerte de los 14 terroristas participantes, quienes demandaban la liberación de sus compañeros presos en cárceles de Perú bajo cargos de terrorismo.
Sin embargo, tras investigaciones posteriores a la operación, los deudos de los terroristas y de organizaciones pro derechos humanos denunciaron ejecuciones extrajudiciales de miembros del MRTA, quienes habrían sido asesinados por los comandos luego de haberse rendido.
Giampietri culpa a las ONG de un trato injusto a los comandos, y también al "virreinato" de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH).
"Tenemos un virreinato que está manejando muchas de las decisiones judiciales que se toman en el país y que tiene sede en la Corte Interamericana de Derechos Humanos (…)", explicó el militar en retiro.
Asimismo, consideró que esa corte "está sobrepasando" la soberanía jurídica de su país, "y en cualquier momento un comando puede ser llamado como si fuera un criminal".
Para Giampietri, es lamentable que los comandos hayan pasado "de las páginas de la gloria a las páginas policiales" y que la Operación Chavín de Huántar "sea un hecho policial y no uno heroico, como está reconocido en todo el mundo, salvo en el Perú".
El fenómeno del terrorismo en Perú estuvo encarnado en dos organizaciones: la agrupación terrorista maoísta Sendero Luminoso, y el MRTA.
Luego de la operación Chavín de Huántar, el MRTA pasó a ser una organización desactivada y ha permanecido así hasta la actualidad.
Sendero Luminoso tuvo su auge en las década del 80 y primera mitad de los años 90, y actualmente opera con remanentes en la selva peruana, dedicados a negocios con el narcotráfico.