"Queremos para ellos memoria, dignidad y justicia", dijo Abascal al terminar de recitar los nombres, una lectura que los diputados de su formación siguieron puestos en pie.
El gesto, además de generar dramatismo desde la tribuna, fue utilizado por Abascal para denunciar la presunta asociación entre Pedro Sánchez y la formación independentista vasca EH Bildu, que a ojos del líder ultraderechista es heredera directa de ETA.
"De estos casi mil crímenes, más de 300 están sin resolver. Es decir, que los ejecutores de estos crímenes están hoy libres, y quizás puedan estar aquí sentados en esta tribuna algunos de los que señalaban a los que había que matar, votando junto al Gobierno", dijo Abascal.
Después de esto tomó la palabra un diputado de Bildu, Óskar Matute, que acusó al líder ultraderechista de "utilizar a las víctimas para tapar la falta de argumentos políticos".
Del mismo modo, Matute dijo defender la búsqueda de "verdad, justicia y reparación" para todas las víctimas, incluidas las de la "violencia parapolicial".
"Para no añadir más dolor a sus familiares, lo único que pido es verdad, justicia y la reparación para todas las víctimas, las de ETA y de la violencia parapolicial y de todas las víctimas sin esclarecer del Estado español", afirmó.
Salvo sorpresas de última hora, la moción de censura será apoyada únicamente por los 52 diputados de Vox, lo que queda muy lejos de los 176 escaños necesarios para su aprobación.
Por ello, al menos sobre el papel, el impacto mediático del debate se antoja más relevante que la propia votación, lo que en parte explica que Abascal use su tiempo en la tribuna a homenajear a las víctimas de ETA en lugar de persuadir a otros partidos para que apoyen la moción.