Según los organizadores, se vendieron dos versiones de la obra, titulada Comediante, por un precio de 120.000 dólares. La primera compradora era una francesa que antes ya había adquirido piezas de arte en esta galería. La segunda versión también la ha adquirido un francés.
Después de la segunda venta, el precio subió hasta unos 150.000 dólares.
Cattelan escogió el plátano para su obra de arte de un supermercado de Miami. Decidió vender la tercera edición a un museo, y dos instituciones ya han expresado su interés.
"Dondequiera que viajara, tenía este plátano en la pared. No sabía cómo terminarlo. Al final, un día me desperté y dije: 'El plátano se supone que debe ser un plátano'".
El galerista Emmanuel Perrotin descartó la idea de que la obra de arte sea una broma, diciendo que cada aspecto fue cuidadosamente tomado en cuenta, desde la forma de la fruta hasta el ángulo en el que ha sido fijada con cinta adhesiva a la pared.
La instalación se vende con un certificado de autenticidad y los dueños pueden reemplazar el plátano según sea necesario. Sin este certificado, vuelve a ser solo un plátano.
El galerista explicó así la venta del plátano. "Una pieza como esa, si no la vendes, no es una obra de arte", destacó.