El Ejecutivo de Pedro Sánchez, lejos de contentarse con financiar diversos estudios en instituciones científicas públicas que se proponen hallar una vacuna segura contra el COVID-19, acude también a laboratorios privados y extranjeros pertenecientes a multinacionales farmacéuticas.
Técnica con ARN mensajero
La técnica utilizada por el estudio que dirige Juan Andrés no utiliza virus atenuados, sino una molécula de ARN mensajero, cuyo código genético se usa para sintetizar antígenos contra la proteína S del virus SARS-CoV-2. Según ha manifestado el científico español, a finales de año la vacuna podría estar lista para producirse en masa en EEUU.
No son los primeros
El anuncio de Moderna Therapeutics sobre sus logros en materia de investigación sobre el COVID-19 se produjo en un contexto caracterizado por una especie de competición a nivel global en pos de la vacuna. De tal suerte, la noticia caló en los medios de comunicación como un hito.
Sin embargo, conviene matizar la información, pues en realidad el comunicado de Moderna Therapeutics se produjo a través de una nota de prensa cuyo contenido cabe asumir con una mezcla de esperanza y acto de fe. La viróloga jefa del Centro Nacional de Biología Molecular, Margarita del Val, también matizó el anuncio efectuado por el laboratorio estadounidense, subrayando la cautela con la que hay que asumir cualquier comunicado a falta de comprobación científica.
La propia general Chen, que ya ganó prestigio en 2014 por liderar el equipo que creó la primera vacuna contra el virus del ébola, asumió los resultados preliminares (tras 28 días de iniciada la prueba y a falta de 5 meses más) como "una prometedora visión del desarrollo de las vacunas contra la COVID-19, pero aún estamos lejos de que esa vacuna esté disponible para todos", según declaró a la agencia Xinhua.