Varias fuentes dijeron al diario que los ensayos, que podrían iniciarse en enero de 2021, se llevarán a cabo en un lugar en el este de Londres, aunque no concretizaron.
La edición detalló que los médicos primero pondrán la vacuna británica a los voluntarios y después de un mes o más les inocularán el coronavirus que provoca la enfermedad COVID-19. El objetivo es evaluar la efectividad de las vacunas experimentales.
Un equipo de la Universidad de Oxford afirmaba antes que su vacuna estaría lista en septiembre, mientras que los investigadores del Imperial College dicen que la suya estará disponible posiblemente en el segundo trimestre de 2021.
El 28 de agosto, el Ministerio de Salud declaró que las autoridades sanitarias del país aceleraron el proceso de registro de las vacunas candidatas contra COVID-19.
La vacuna británica de Oxford y AstraZeneca basada en un virus del chimpancé, en plena fase III del ensayo clínico, mostró efectos secundarios graves hasta el momento en dos voluntarios, según informan varios medios.
Un paciente británico sufrió una mielitis transversa, una enfermedad que ataca la médula espinal y puede causar parálisis. Según informes de la prensa estadounidense, el segundo voluntario desarrolló también la misma enfermedad, aunque AstraZeneca lo niega. La farmacéutica guarda mutismo sobre las incidencias.