Los manifestantes que protestaron anoche en más de cien puntos de Israel en grupos pequeños pudieron haber alcanzado las 100.000 personas, según fuentes no oficiales.
Hubo enfrentamientos con la Policía, multas y arrestos.
“En Tel Aviv se detuvo a 38 personas por violar el orden público y atacar a los agentes de seguridad policial”, informó el portavoz de la Policía Mickey Rozenfeld, a través de un comunicado. Todos ellos, menos uno, ya fueron liberados.
Los manifestantes alegaron que la policía hizo un uso excesivo de la fuerza.
El general Asaf Agmon (retirado del servicio), quien ha participado en decenas de protestas y ha sido uno de los principales organizadores de las manifestaciones frente a la residencia oficial del primer ministro en la calle Balfour en Jerusalén que viene teniendo lugar semanalmente desde hace cuatro meses, criticó que la policía, con su actuación, no está defendiendo adecuadamente a los ciudadanos del país, según recogió la televisión pública Kan.
El alcalde de Tel Aviv, Ron Huldai, sufrió un hematoma en la mano mientras recorría los lugares de protesta, supuestamente mientras estaba atrapado en una pelea entre la Policía y los manifestantes.
La insistencia del Gobierno en defender esta regulación ha causado furia en todo el país, ya que quienes critican su imposición afirman que es un método de silenciar el derecho legítimo de manifestación y que el primer ministro, encausado en tres casos en la justicia, desea acallar las voces en su contra. Las autoridades, sin embargo, aducen que es un método para intentar acabar con los contagios de COVID-19.