Se sabe que el pescado de agua salada es más saludable que el de río. Pero el primero tiene un sabor y olor específico.
La nutricionista Lauren Manaker recomienda el abadejo de Alaska, que no tiene un fuerte olor al ser asado y se distingue por su sabor suave.
Este pescado es rico en vitaminas importantes, como la D y la B12, además de en minerales, selenio, niacina, potasio, así como proteínas, según los expertos.
Gracias a un alto contenido de antioxidantes y ácidos grasos, el abadejo de Alaska ayuda a prevenir las enfermedades cardiovasculares y oncológicas, afirma la especialista. Una porción de este pescado contiene de 50 a 1.000 miligramos de omega-3.
Una de las desventajas del marisco es que puede contener mercurio. Pero el abadejo de Alaska tiene fama de ser seguro y está entre los pescados con la menor cantidad de este elemento químico, asevera Manaker. Además, emite menos gases de efecto invernadero.